El susto del frigorífico…y el truco casero que lo salvó
Lucía llegó del supermercado con la compra semanal. Al abrir la nevera, notó que no enfriaba igual. Las verduras estaban más blandas de lo normal, y las bebidas no estaban frías. El congelador parecía aguantar… pero algo no iba bien.
Pensó en llamar al técnico, pero antes quiso probar algo que había leído hacía tiempo:
Desenchufó el frigorífico durante 10 minutos, lo volvió a conectar y ajustó la temperatura a 4 °C.
Aprovechó ese tiempo para limpiar bien las gomas de la puerta y verificó que el cierre hiciera vacío correctamente. También revisó que la parte trasera tuviera espacio para ventilar.
A la hora, ¡todo volvió a funcionar con normalidad! La temperatura bajó, los alimentos se enfriaron y el ruido raro del motor desapareció.
El truco casero que puede salvarte de una avería innecesaria:
Si tu nevera deja de enfriar de repente:
Desenchúfala durante 10–15 minutos. Esto puede reiniciar el sistema y resolver pequeños bloqueos.
Limpia las gomas de la puerta y comprueba que cierran bien. Un mal sellado puede hacer que pierda frío sin que lo notes.
Verifica que haya espacio detrás del frigorífico. Si está pegado a la pared, no ventila correctamente y se sobrecalienta.
No siempre hace falta llamar al técnico al primer síntoma. A veces, un poco de observación y mantenimiento puede marcar la diferencia.
Eso sí, si después de probar estos pasos el problema sigue… ahí sí, ¡llámanos! 😉 En Grancatek estamos para ayudarte con honestidad, experiencia y soluciones reales.
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