El buen uso y el correcto mantenimiento de un electrodoméstico son vitales para garantizar su durabilidad en el tiempo, así como su óptimo rendimiento. Un aparato que no se usa bien, que no es revisado con frecuencia y que es descuidado en sus descansos durará menos. Y, además, consumirá más energía.
Te contamos las cinco reglas de oro para que tus electrodomésticos duren y duren más que cualquier conejito a pilas.
1. No sobrecargues los aparatos
Cada electrodoméstico ofrece sus condiciones óptimas con unas cargas determinadas. Algunos de ellos, como el caso de los lavavajillas de doble carga, ofrece diversas posibilidades. Para saber si la cantidad de elementos introducidos es correcta, lo más importante es atender a las recomendaciones del fabricante.
En el caso de las lavadoras, por ejemplo, es habitual recomendar que sobre una cuarta entre la parte superior de los tejidos y el “techo” del bombo.
En los lavavajillas se recomienda no quedarse corto en la carga y esperar a tener todo relleno. Eso sí, sin que las piezas se apelotonen, para que el agua y el detergente lleguen a todas partes.
De no cumplir con estas normas, el usuario puede encontrarse con que el aparato se sobrecalienta, no hace bien su trabajo o se estropea pronto. Pero, sobre todo, percibirá un incremento en la factura de la luz, ya que el uso incorrecto suele conllevar un mayor consumo de energía.
2. Limpia los filtros
¿Sabes si tus electrodomésticos tienen filtros? Y en ese caso, ¿sabes acceder a ellos para limpiarlos? Pues aunque parezca increíble, muchos usuarios no tienen ni idea de dónde están estos elementos imprescindibles para la larga vida de sus ayudantes domésticos.
Limpiar los filtros es tan importante que, por ejemplo, en las secadoras hay que hacerlo casi después de cada uso. La cantidad de restos de tejido que se desprende en cada ciclo es tal que el filtro mayor suele aparecer muy necesitado de limpieza con frecuencia.
Por otra parte, las neveras son muchas veces las más olvidadas, sobre todo las que incluyen un sistema que impide la acumulación de hielo. En ellas, un derrame suele ser el que avisa de que toca limpieza, una situación a la que mejor no llegar.
Saber dónde están los filtros, acceder a ellos con asiduidad y tenerlos en estado de revista ayuda, además, a conocer el aparato y evita muchos sustos desagradables.
3. Lee los manuales de instrucción
Pocos son los usuarios que se paran a leer las instrucciones de los electrodomésticos. Y, sin embargo, ¿cómo saber cuál es mejor programa para cada caso?
Leer las instrucciones evita problemas y da margen para un uso óptimo. Pero, sobre todo, protege la garantía de la máquina y permite al dueño hacer reclamación en caso necesario. Un uso contrario a las instrucciones puede dejar al dueño en desamparo.
4. ¿Qué tipo de agua tienes en casa?
Es muy necesario el trato a ese gran aliado de la limpieza del hogar cuando el agua con el que trabaja es dura y tiene mucha cal. Por eso es importante saber qué tipo de agua tienes en casa.
Para aguas menos mineralizadas, los cuidados requeridos son más simples y la vida de los aparatos se alarga. Sin embargo, en zonas con aguas duras se hace aconsejable (incluso indispensable) contar con productos anti cal que ayuden a alagar la vida de los electrodomésticos.
Las presentaciones de estos productos son muy diversas y van desde pastillas para introducir en los lavados hasta líquidos para lavavajillas. ¿Cuál usas en casa?
5. Puertas bien cerradas
¿Te imaginas que la puerta de tus máquinas domésticas no cierren bien?
En las que usan agua en su interior, puede suponer un gran problema. Los escapes, sobre todo si los dejas funcionando y te vas de casa, pueden dar lugar a inundaciones y filtraciones. Es decir, muchos quebraderos de cabeza.
En las neveras, que el interior pierda temperatura por una goma estropeada supone un aumento en el consumo de energía para compensar esa subida térmica, ya que el aparato está programado para mantener un frío constante en su interior. ¿Te lo imaginas en el congelador?
Y en el horno y el microondas, los escapes de calor son realmente peligrosos por la posibilidad de quemaduras e incendio.
Por todo esto, ¿qué te impide revisar las gomas de las puertas cada cierto tiempo? Y con esa revisión, por supuesto, es conveniente hacer una limpieza con un producto no abrasivo.
Con estas reglas de oro y un poco de atención podrás notar cómo se alarga la vida de estas máquinas que se han vuelto indispensables en el hogar. ¿Te apuntas a seguirlas?